Después de cenar, sobretodo en las heladas tardes de invierno, las familias campesinas se reunían alrededor del fogón bailando, cantando y relatando historias. En la gran cocina de la casona rural, fábulas, rimas y “canciones de cuna” se entrelazaban a episodios de la vida diaria.
Lejos de celulares, computadoras… y televisión antes de acostarse, te quedas a escuchar las antiguas historias narradas por los viejos campesinos, a la luz del fogón de una finca o de una casona de un agroturismo en Toscana .
Las fábulas van dirigidas a niños… y adultos. Hacen volar en el mundo de la fantasía, pero describen también realidades ya lejanas. Detalles ligados a las peculiaridades del territorio enriquecen a través de los siglos la inmutabilidad de la trama, terminando por relatar una historia de la historia. Desde el contexto mágico afloran las características culturales y sociales de la región. Había una vez…
Y, si tu hijo no logra dormirse, intenta aprender una de las “canciones de cuna”... de significados a veces oscuros aún para el más auténtico de los toscanos, pero musicalmente eficaz. La experiencia de las numerosísimas familias campesinas… enseña.