La Maremma es una amplia zona de la Toscana meridional, encerrada entre las “ Colinas Metalíferas ” al Norte, las colinas de Orbetello al Sur, el Monte Amiata al Este y el Mar Tirreno al Oeste, con Grosseto al centro. Aún poco explorada por el turismo internacional, la Maremma es una tierra bellísima, que ofrece una riqueza y una variedad de paisajes extraordinarios, en gran parte incontaminados y... ¡un poco salvajes!

La Maremma es una tierra llena de historia, habitada inicialmente por los Etruscos y posteriormente por los Romanos, que gracias a sus minas y a los recursos agrícolas, se vio directamente afectada por la evolución de la revolución industrial y del boom económico de la posguerra, pero ha sabido proteger su naturaleza con bellísimos parques y reservas naturales, como el Parque de la Uccellina .

Una vacaciones en Maremma ofrecen bellezas paisajísticas y naturalísticas para todos los gustos, desde la magnífica ciudad de Tufo sobre los escarpados acantilados, como Pitigliano y Sovana , a las colinas de la Fiora que comprenden también el sugestivo Monte Amiata , escenario ideal de bellísimas excursiones a caballo, en bicicleta o a pie, pero también interesantísimos sitios arqueológicos – Populonia y Vetulonia – una larguísima costa con decenas de kilómetros de playas de arena, desde Follónica al Argentario , ideal también para las inmersiones subacuáticas , las encantadoras islas del Giglio y de Giannutri y finalmente la zona central, más agrícola, rica de villas, casas rurales y agroturismos. La Maremma ofrece además reconocidas localidades termales como Saturnia y Petriolo donde relajarse y revigorizar el espíritu.

Estando en Toscana, no se debe subestimar el aspecto ¡eno-gastronómico! La Maremma es una tierra de vinos de excelencia como Ornellaia y Sassicaia , y del más conocido Morellino de Scansano que es el acompañante ideal de la buenísima y típica cocina maremmana, unión perfecta entre los productos del mar, de la campiña y de la montaña, con producciones típicas de excelencia como el tartufo, el prosciutto, el azafrán y la botarga y más tradicionales como el pecorino (queso de oveja) y el aceite extra virgen de oliva.