La Maremma es, efectivamente, el corazón de la antigua Etruria, el Reino Etrusco entre el río Arno y el Tévere que vive su mayor apogeo del VII al IV siglos antes de Cristo. Un viaje a la Maremma puede transformarse, en algunos aspectos, ¡en un verdadero y propio viaje en la historia!

La presencia etrusca ha sido tan significativa que la Provincia de Grosseto define la Maremma como un único gran “Parque de los Etruscos” a cielo abierto y le ha dedicado un sitio en el cual literalmente uno se pierde... se encuentra cualquier información referente a los Etruscos en Maremma y no sólo; sus costumbres culinarias, la religión, la lengua, los itinerarios en los varios sitios arqueológicos, etc. (www. parcodeglietruschi.it). ¡Realmente interesante y lleno de curiosidades!

El origen del pueblo Etrusco permanece hasta ahora, para los estudiosos, muy incierto. Hay principalmente tres versiones: que fueron una población “autóctona”, que vinieron del norte o que emigraron desde el Asia menor. Aquello que es cierto, es que en ésta tierra, la Maremma, su civilización se desarrolló y prosperó económicamente.

Los Etruscos no eran un pueblo dedicado a la agricultura, si no solamente para el consumo familiar. Su riqueza era en cambio debida a la explotación minera (la minas de la Isla de Elba, del Monte Amiata y del Lago de la Accesa) y por el comercio marítimo. Estos son los dos motores que los llevan a construir una estratégica red de ciudadelas y caminos para unir las minas al mar y favorecer los trueques. Nacen asi Vetulonia y luego Roselle (VII a.C.) que en aquella época miraban hacia las orillas del lago Prile, formado por la desembocadura del río Ombrone y hoy en día seco. Siguen Populonia y, en el Valle de la Fiora, Poggio Buco, Pitigliano y Sovana, y también Talamone, Orbetello, Ghiaccioforte y Doganella (Kalousion). Todas estas “ciudades-estado” están unidas por una eficiente red de carreteras.

Los Etruscos eran además habilísimos artesanos: sublimes en la elaboración del bronce y del oro y también en las técnicas decorativas. Eran un pueblo que amaba la vida, como lo testimonian las numerosas pinturas que lo representan en danzas, banquetes y competiciones atléticas. Muy sentido es además el culto a los antepasados que los lleva a realizar prestigiosos sepulcros y artísticamente riquísimos.

De la floreciente presencia etrusca quedan hoy en día en Maremma muchísimos hallazgos arqueológicos de asentamientos residenciales, de necrópolis, de “implantes siderúrgicos”.

Si son ustedes personas curiosas y apasionadas de la historia, la Maremma les puede ofrecer sin duda unas vacaciones sin parangón, conjugando momentos de enriquecimiento cultural y de relax en la naturaleza.