Villa Corsini está situada en Castello, al norte de Florencia, en una zona que en el siglo XV pertenecía a la familia Strozzi. Cuando Palla Strozzi fue exiliado a causa de su oposición a Cosimo el Viejo, la villa y el terreno fueron vendidos a la familia Rinieri.

Los nuevos propietarios encargaron a Tribolo, el arquitecto que luego realizaría los jardines de la villa medicea de Castello y de Boboli, la reestructuración del edificio y del parque. El arquitecto proyectó un jardín a la italiana, del que hoy queda únicamente una estatua que representa la personificación del naciente de un río que en pasado in passato formaba parte de una fuente.

Luego, la villa cambió varias veces de propiedad, hasta que, en 1697, la mujer de Filippo Corsini, Lucrezia Rinuccini, la compró. Los Corsini confiaron a Giovan Battista Foggini la tarea de reestructurar la villa. El arquitecto llevó a cabo la restauración de la fachada, la redecoración del patio interno y la construcción de una capilla privada dedicada a los Santos Cosma y Damiano.

Cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial, la Dirección de los bienes artísticos y culturales compró la villa y, hoy en día, en su interior se encuentran expuestas importantes colecciones de esculturas provenientes del Museo Arqueológico de Florencia.