Florencia surge en el valle del río Arno y está rodeada por colinas en tres de sus cuatro lados. Al norte se encuentra, en efecto la Cercina, al este surgen Fiésole y Settignano, al sur, en cambio, Arcetri, Poggio Imperiale y Bellosguardo.

Ya en el pasado, ilustres personajes habían escogido transcurrir sus estadías florentinas en estos lugares de ensueño. ¿Qué nombre? El padre de la ciencia moderna Galileo Galilei, el escritor Henry James, el poeta Ugo Foscolo, el cantante lírico Enrico Caruso. Todos personajes, pero la lista podría seguir por mucho todavía, que se enamoraron de las villas sobre las colinas de Florencia pero, sobre todo, del panorama que desde estas se podía y se puede aún gozar.

Imaginemos asomarnos a la terraza de una de estas moradas y admirar el perfil de la Cúpula de Brunelleschi, del Campanario de Giotto, de Palacio Vecchio. ¡No podría haber una postal más bella!

Pero no es todo, porque justamente para valorizar las villas en colina de Florencia, pero también los innumerables monasterios y castillos, parroquias y palacios históricos presentes, desde hace unos años ha sido realizado el “Anillo del Renacimiento”, un recorrido de 170 kilómetros que atraviesa y une numerosos municipios del hinterland florentino. Un verdadero viaje en la cultura que, por así decirlo, rodea Florencia.

InEn fin, no debemos olvidar que justamente sobre las colinas alrededor de Florencia surgen algunas de las más bellas villas mediceas (para mayores informaciones leamos también el próximo capítulo de esta guía turística).