¿Quién inventó el cine? Simple, los hermanos Lumière. ¡Falso! La primera máquina para inmortalizar y reproducir imágenes fue el kinetógrafo construido en Florencia en 1894 por Filoteo Alberini. Lamentablemente, la aprobación del brevete llegó después de que los dos franceses de Besançon habían proyectado en París sus primerísimas películas.

Pero el vínculo entre el séptimo arte y Florencia fue, y será de todas maneras indisoluble.

Son muchas las películas rodadas en la ciudad o sobre las colinas que la circundan. Para comenzar, con el triple premio Oscar: “Habitación con vista”, donde se narran las vacaciones de dos turistas ingleses que, decepcionadas por la visual ofrecida por su apartamento en Florencia , acabarán intercambiando alojamiento con unos connacionales. Un gesto aparentemente sin ninguna complicación... pero del cual nacerá una romántica historia de amor.

Es para recordar también la saga de “Amici Miei” (amigos míos), comenzada en 1975 por Mario Monicelli y proseguida después por Nanni Loy, que cuenta las gitanadas realizadas por un grupo de cincuentones (Ugo Tognazzi, Gastone Moschin, Philippe Noirette, Duilio Del Prete/Renzo Montagnani y Adolfo Celi).

Más aún, las películas de Leonardi Pieraccioni: inolvidable la escena de I Laureati (Los graduados) en la cual los protagonistas se desafían en una carrera entre los edificios y los apartamentos de Florencia, quien llegase último pagaría la cuenta del restaurante… pero al “start” (la partida) dada por el camarero, el grupito de amigos no hace otra cosa que escaparse.

Y luego Frencesco Nuti, Alessandro Benvenuti y, aún si es de Prato, Roberto Benigni.