La “Fortezza da Basso”, cuyo nombre por extendido es Fortaleza de San Giovanni da Basso, es uno de los dos castillos presentes en Florencia. A pocos pasos de la estación de Santa María Novella, está ‘encerrada’ por los bulevares de circunvalación.

ReaRealizada alrededor de los años treinta del siglo XVI, cuando imperaban las Guerras de Italia, por voluntad, así como muchos otros palacios y villas en Florencia a esta contemporáneas, de la familia Medici, tras su regreso en la ciudad por obra de Carlo V; (el papa Clemente VII, hijo de Giuliano de Medici, había en efecto, prometido coronarlo emperador a cambio de derribar la República florentina y la restaurar la Señoría).

Indiscutible joya de la arquitectura militar, hospeda en su interior un polo de ferias y es sede de innumerables e importantísimas kermesse, como la Bolsa del Turismo Congresual o la Muestra Internacional del Artesanado, las varias reseñas ligadas al brand Pitti o al Salón del Mueble.

Otro castillo de Florencia es la Fortaleza de Santa María en San Giorgio Belvedere, mejor (y más simplemente) conocido como Forte Belvedere. Surgido también este a fines del 1500 bajo indicación de los Médici, y situado sobre la cima de la colina de Boboli, en Oltrarno, a espaldas de Palacio Pitti. Doble su función: proteger la familia reinante en la ciudad de posibles ataques, vigilar la explanada que se extiende a sur del centro histórico.

Entre las muchas características que tienen en común estas dos construcciones, hay una realmente curiosa: ninguna ha sufrido nunca un asedio.

Y después de Florencia podremos viajar por las campiñas, a la búsqueda de otros castillos: Scandicci, Calenzano, Fiésole...