Como para la mayor parte de las ciudades italianas, también la historia de Siena puede ser recorrida siguiendo su desarrollo arquitectónico. Son innumerables las edificaciones estrechamente ligadas a las vicisitudes políticas o religiosas de la ciudad, construidas en el curso de los siglos.

Y así, si hemos tomado en alquiler una villa vacacional o una casa rural en Siena , podría rebelarse divertido y al mismo tiempo, instructivo organizar giras, de unas horas, al descubrimiento de los palacios y monumentos más significativos de la ciudad del Palio.
Plaza del Campo y el Duomo (Catedral), el Palacio Comunal (Municipal) con la Torre del Mangia y el Santuario de Santa Caterina; demás, Palacio Chigi Saracini y la Sinagoga hebrea.

Ciertamente nuestro viaje podría continuar también fuera de la ciudad (no faltan antiguas aldeas, castillos, monasterios y abadías en las campiñas circundantes), recorriendo, como modernos pelegrinos, la vía Francigena’.

Más aún, en las próximas páginas de esta rúbrica, hemos querido detenernos en todo lo que hace parte de aquella, que los antiguos romanos llamaban, Saena Iulia.

Porque Siena será pequeña, pero como menciona un viejo dicho, “en tonel pequeño se encuentra el buen vino”. Y en Siena hay tantos de estos tesoros, como para arriesgarnos a emborracharnos... ¡de belleza y de historia!

Por tanto, pongámonos zapatos cómodos y armémonos con una máquina fotográfica, guía de la ciudad y libreta de apuntes y... buen viaje a Siena, entre lo sagrado y lo profano.