Si palacios y monumentos, por así decirlo, laicos, los hemos ya visitado, nuestro tour por Siena puede proseguir ahora deteniéndonos en algunas de las edificaciones de culto más fascinantes e importantes de la ciudad.

La catedral de Santa María Asunta y el Duomo (Catedral) de Siena. Iniciado en el 1100, fue terminado en el curso de los dos siglos sucesivos. La parte externa está caracterizada por franjas de mármol blanco y negro, que retoman los colores del emblema de la ciudad.
Surgido sobre edificaciones de culto preexistentes, el Duomo (Catedral), por voluntad de los seneses, tenía que convertirse en la más grande catedral de Europa, tanto como para ofuscar la belleza de la Catedral de ‘Santa María del Fiore’, el Duomo de la rival Florencia. Pero a mitad del 1330, el sueño de grandeza fue abandonado por variadas vicisitudes.
Cubierto gran parte del año para preservarlo de la usura, su espléndido piso taraceado, realizado en el curso de varios siglos, por más de cuarenta artistas (entre los cuales Pinturicchio) puede ser admirado cada año entre fines de agosto y fines de octubre.

Pero Siena es, sobre todo, la ciudad natal de Santa Caterina (1347 – 1380), patrona de Italia y co-patrona de Europa, y en la ‘contrada’ (distrito) de la Oca, se encuentra su casa-santuario.

Finalmente, una citación amerita también la Sinagoga hebrea de Siena (siglo XVIII). Visitable el domingo, esta edificación, de aspecto externo de anónima apariencia, está ricamente decorada en su interior. La senés, hoy compuesta por pocas familias, es una de las comunidades hebraicas más antiguas de Toscana.

Todas estas son sólo algunas pequeñas indicaciones sobre los lugares de culto que se pueden visitar, en cuanto nos hayamos establecido en nuestra villa vacacional en Siena o en una de las tantas casas rurales fuera de la ciudad.