Si nos encontramos de vacaciones en Toscana y hemos tomado en alquiler, por una o más semanas, una casa rural o una villa en la zona de Siena , podemos dedicar una jornada para visitar la cercana Montalcino.

Conocida en todo el mundo por su ‘oro bruno’, el Brunello (vino tinto n.t.), que aquí se produce, Montalcino, o mejor dicho, el área en la cual ella surge, fue habitada tiempo atrás por etruscos y romanos. En el Medioevo fue competida por Siena y Florencia, tanto que, justamente a la rivalidad de estas dos ciudades, está ligado el sobrenombre de sus habitantes: “beccamorti” (“recoge muertos” n.t.).

Hoy en día, Montalcino puede ser considerada un verdadero paraíso para los amantes de la enología.
Como si no bastaran las numerosas enotecas que se encuentran en el interior de sus murallas, las haciendas agrícolas, que circundan con hectáreas y hectáreas de viñedos, el centro de la ciudad, están siempre disponibles a acoger a los turistas y ofrecerles degustaciones guiadas.

Pero Montalcino no es sólo vino.
He aquí una breve lista de cosas para ver durante nuestras visitas de una jornada.
En la ciudad están: la Rocca (Fortaleza), el Palacio Comunal, la Iglesia de San Agustín y el Museo Cívico y Diocesano. Después, cada último domingo de octubre, monta en escena la “Sagra del Tordo”, durante la cual, los cuatro distritos (contrade) de la ciudad, se desafían en una competencia de ‘Tiro con Arco’.
Fuera de la ciudad, están la Abadía de San Antimo, la Abadía de Monte Oliveto Maggiore (en Asciano) y el Castillo de Poggio alle Mura, conocido también como Castillo Banfi, que hospeda el Museo del Vidrio y del Vino.

¡Buena día en Montalcino!