Omero la describe con la cabeza de un león, el cuerpo de una cabra y una serpiente como cola.

A dar testimonio del origen etrusco de la ciudad de Arezzo (296 metros sobre el nivel del mar) es la “ Chimera ” (La Quimera), sin duda una entre las más conocidas obras de arte producidas por el misterioso pueblo proveniente de Lidia.

La obra en bronce, encontrada en 1533 por la Puerta de San Lorentino, hoy se expone hermosamente en el Museo Arqueológico de Florencia. Pero en la ciudad donde nació Petrarca, hay varias copias del monstruo mitológico, realizadas sobre todo por Bellerefonte.

Colocada a lo largo de importantes vías de comunicación entre el norte y el centro de Italia, precisamente en el medio de tres valles (Casentino – Valdichiana – Valdarno), Arezzo fue pues desde el Siglo III a.C. municipio romano con el nombre de " Arretium ".

Restos de este periodo son todavía visibles en el anfiteatro y, justamente frente a los restos de la gran construcción de la edad Adriana, en el Museo arqueológico estatal Gaio Cilnio Mecenate. Pero no es raro toparse con restos de villas en Arezzo y alrededores, construidas en época romana : por ejemplo en Bibbiena, Castel Focognano, Campo della Giostra...

Durante los llamados siglos obscuros, vale decir, entre el 500 y el 1000 d.C. tras la caída del Imperio, la ciudad fue invadida en varias oportunidades por los Longobardi – que edificaron castillos en Arezzo y alrededores – y, después, por los Francos de Carlo Magno.

Por lo tanto, si nos encontramos transcurriendo unas vacaciones en Toscana, Arezzo merece una estadía de por lo menos una semana, para así conocer profundamente la historia.