Desde lo más alto de la Torre Inclinada habremos disfrutado la vista de los más importantes monumentos, palacios y villas en Pisa ...... ahora, caminando en dirección al Duomo (Catedral) dedicada a Santa María Assunta, podemos descubrir las “garras del diablo”.

¿De qué se trata?

Sobre uno de los muchos bloques de mármol utilizados para la construcción de la estructura (iniciada en 1063, consagrada en 1118, fue solo terminada dentro de los últimos veinticinco años del siglo XII) hay una serie de signos, agujeros de diferentes tamaños y de color marrón, que los pisanos les llaman, precisamente “garras del diablo”. Según una leyenda, el demonio habría intentado interrumpir los trabajos para la construcción de la Catedral. Y aquellos signos son todo lo que queda de su intento.

La cosa más simpática es la leyenda dentro de la leyenda y la imposibilidad de contar con precisión aquellos agujeros: a cada intento resultaría un calculo diferente (es por eso que no hay que maravillarse si vemos turistas de todas las edades armados de lápiz y papel alrededor del mármol con las “garras”).

Obra de los arquitectos Buschetto y Rainaldo, la Catedral tiene una longitud de 100 metros y ancho 72, la altura máxima a la cúpula, es de poco menos de 52 metros. Su forma entonces resulta única e inconfundible entre las casas y las villas de este rincón de Pisa.

Cabe señalar finalmente, la presencia en su interior, de un púlpito en mármol realizado por Giovanni Pisano entre 1302 y 1311, que es considerado el más importante ejemplo de escultura gótica presente en Italia.

Al lado del Duomo (y en la próxima página de esta guía turística) se encuentra el Baptisterio.