Dicomano está inmerso en el verde de un paisaje variado y exuberante, hecho de montañas recubiertas por espesos bosques, dulces declives salpicados por las típicas casas rurales de Mugello , campos cultivados. Justamente en el valle inferior, donde confluyen dos ríos, el ‘Sieve’ y el más pequeño, el ‘Comano’, surge el pueblo de Dicomano. El pueblo tiene a sus espaldas una larga e interesante historia. Una visita aquí te permitirá descubrirlo.

Los orígenes de Dicomano son etruscas: si eres apasionado de arqueología, pero también simplemente curioso, puedes visitar las excavaciones que han traído a la luz numerosos restos entre los cuales cimientos de la iglesia románica de San Martino al Poggio y los restos de un gran edificio etrusco. No faltan las antiguas parroquias, elemento típico de la campiña del Mugello. Vale la pena visitar la de Santa María, no solo por la belleza de la edificación, pero también, por las obras en su interior conservadas, de artistas como el Vasari y los pertenecientes a las escuelas de Ghirlandaio y de Bronzino.

Indudablemente, para ver está también el Convento de Sandetole. Surgido sobre ruinas de una antigua parroquia románica, el convento fue habitado hasta la fin del siglo pasado, por sacerdotes franciscanos, mientras hoy ha sido convertido en una estructura receptiva. La belleza del lugar, además de la belleza del mismo convento, lo convierten en el lugar ideal para unas vacaciones aquí en el Mugello.